jueves, 28 de septiembre de 2017

EL MOTÍN DEL PAN DE 1652

En este post os queremos hablar sobre un hecho que tuvo lugar en Córdoba el 6 de mayo de 1652. Como bien recoge el título, se hará referencia a un motín que tuvo su origen en las calles de la ciudad debido al hambre que azotaba la misma.

En los años anteriores a este hecho, Córdoba había sucumbido a la peste, esta epidemia que se llevó por delante a un tercio de la población de la ciudad obligó a tomar una serie de medidas cautelares que diezmó la entrada de alimento. En estos casos, la ciudad suele quedar cerrada a cal y canto, incomunicada con el mundo exterior y con fuertes medidas sanitarias.

En los años venideros a esta epidemia, llegaron años de malas cosechas debido a la sequía que azotaba la ciudad. Esto hizo que se acrecentara el precio del trigo y los alimentos de primera necesidad, no obstante, la cantidad de grano que se perdió no era motivo para el excesivo precio que tomó este alimento, sino que al parecer, fue motivado porque la mayor parte del grano fue a parar a la nobleza y al clero.

Ante esta situación llegamos a la primavera de 1652, la situación estaba llegando a ser insostenible, cierta parte de la aristocracia cordobesa se mofaba y humillaba a quienes pedían algo de grano para comer, el alcalde actuaba con extrema dureza contra quienes le pedían alimento y que abaratase el precio de los alimentos. Y ya por fin, el 6 de mayo de ese año se escuchó por las calles del barrio de San Lorenzo  el llanto de una madre que llevaba en sus brazos el cuerpo yaciente de su hijo pequeño. El llanto impotente de esa madre al ver su hijo muerto de hambre hizo que otras mujeres se sintieran en su pellejo viendo que podrían ser las próximas y empezaron a increpar a sus maridos por no hacer nada ante tal hecho. 

Poco a poco los ánimos se fueron calentando y las mujeres tomaron la iniciativa de una revuelta social sin paragón en la ciudad. Cogieron todo lo que estaba a mano (hoces, palas, guadañas..) y se marcharon en busca del corregidor, esto ocasionó que más gente se sumase a la revuelta, tomando ya un carácter preocupante para las altas esferas.

El corregidor Peña Parda, que ya había sido informado de lo que acontecía salió corriendo a suelo sagrado, donde sería refugiado por los Trinitarios, esto encolerizó más al pueblo llano que buscaría en los nobles a los responsables de esta situación, estos que no eran tontos, también salieron corriendo en busca de suelo sagrado, y así quedó la ciudad, con los nobles en conventos y el pueblo llano en las calles de Córdoba.

Obispo Pedro de Tapia
Ante la turba de gente sin control, cuentan las fuentes que el Obispo Pedro de Tapia controló la situación para que esta no fuera desmedida y empeorara. El pueblo arremetió contra los inmuebles de la alta alcurnia y cogió todo el grano que estaba guardado y el que estaba a disposición de la nobleza. Usaron la iglesia de San Lorenzo como granero y empezaron a proteger las puertas de la ciudad, pues corría el rumor que el Conde de Priego vendría a la ciudad con un ejército para someter la rebelión.

Después de ocho días de motín, el pueblo crispado y preparado empezó a robar los bienes muebles de la aristocracia, apoderándose de una ingente suma de dinero y de oro. Fue entonces cuando apareció la figura de Diego Fernández de Córdoba, un miembro de la orden de Calatrava famoso en la ciudad por ser gentíl y amable con el pueblo llano. Este sería nombrado como alcalde de la ciudad, y para acabar con el motín prometió el abaratamiento del trigo. 

En los días venideros la tensión fue bajando, el propio rey Felipe IV y dio 100.000 ducados para la compra de trigo y así abaratar el precio del mismo. No obstante por miedo a futuras represalias, muchos no estaban tranquilos, por ese motivo el nuevo corregidor de la ciudad hizo prometer al rey el indulto para quienes encabezaron el motín y así al pasar de los días los ánimos fueron decreciendo hasta que por fin todo volvió a su cauce.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

MEDINA AZAHARA. SI EL EXPOLIO NO HUBIERA SUCEDIDO

   Corría el mes de septiembre de 936, Abderraman III decidió así como quien no quiere la cosa que un día cualquiera de ese mes se pondría manos a la obra y empezaría la construcción de una ciudad palatina, bueno no es que él se pusiera en plan Manolo y Benito, sino que mandó que lo hicieran. También decidió que esa ciudad palatina sería llamada Medina al- Zahra (para los cordobeses Medina Azahara).

   Cuarenta años después, su ciudad palatina estaba acabada, y como para no tardar cuarenta años, 115 hectáreas construidas y protegidas por una contundente muralla no se hace dos días (en Córdoba tenemos construcciones más pequeñas y que tardarán más a este paso en ver la luz). 

   Pero bueno, este post no va sobre la grandiosidad de Medina Azahara, de eso ya se ha escrito mucho y con todo el tema este de la UNESCO y su decisión (a la cual desde este blog nos sumamos) de incluirla como Patrimonio de la Humanidad (Mérito más que merecido). Este post va de cómo después del final de Medina al-Zahra, el yacimiento fue tratado, y como ha llegado a nuestros días.

   Una vez muerto Abderraman III y su hijo Al-Haken II le tocó el turno al nieto de Abderraman III, Hixen II sentarse en el trono del califato omeya cordobés, pero le tocó vivir un tiempo de revueltas y tras sus problemillas con Almanzor, abdicó en 1009 para volver un año después, pero ya la tensa situación hizo que no fuera remediable el fin del califato omeya, y con el fin del califato llegó la destrucción de la ciudad palatina por sus rivales bereberes. Esta destrucción fue ocurrida en el año 1013 y desde entonces Medina Azahara fue convertida en una pedazo de cantera que suministraría todo lo necesario a quien fuese a recoger material entres sus escombros.

   A partir de la segunda mitad del siglo XIII se produce el primer expolio de la ciudad palatina, con la reconquista de la ciudad de Córdoba por parte de Fernando III para usar dicho material en la reconstrucción de la ciudad, me imagino por aquel entonces a los cordobeses marchando a la antigua ciudad palatina a recoger piedras para construir edificios en la propia Córdoba, de esa manera la muralla de la parte meridional de Medina Azahara iría despareciendo poco a poco por este fin.

   El segundo expolio sometido hacia Medina al-Zahra ocurre en el siglo XV con la construcción del monasterio de San Jerónimo de Valparaiso. Para que ir a una cantera a por piedras si a unos metros más para abajo se encuentra una ciudad palatina del siglo X que ya no se usa. Mira si la piedra está hasta labrada y cortada, vamos a saquearla.

   Esos son los grandes expolios que han mermado la antigua ciudad palatina pero claro, la cosa no queda ahí, son sonados los casos donde expoliadores sustraen columnas de mármol, otros que directamente se llevan pieza a pieza un puente, e incluso el ajuar funerario de una tumba perteneciente a la necrópolis situada en dicha ciudad palatina.

   En fin, que está muy bien el hecho de que un monumento como este sea candidato a formar parte de la lista de monumentos Patrimonio de la Humanidad que ya la ciudad posee, pero que aún el 90% de los restos está por descubrir y que el hecho de que sea nombrada Patrimonio de la Humanidad puede ayudar a que se amplifique la excavación arqueológica (y que cuenten con arqueólogos como yo) para dar a luz a la grandiosidad de este monumento, pero también es verdad que no sabemos cómo se hubiera encontrado la ciudad palatina si no hubiera sucumbido al expolio que los cordobeses hicimos de ella. 

    Esto nos debe hacer reflexionar sobre nosotros mismos y nuestra capacidad de destruir un bello yacimiento, que en este caso ya estaba en ruinas por una guerra civil a finales del califato cordobés. O intentar conservar nuestro legado histórico y patrimonial.

jueves, 15 de junio de 2017

LAS CASAS DE PASO

    Cuando hablamos de casa de paso quizás se suele pensar en una segunda vivienda en la que se va a parar en un corto instante de tiempo, generalmente a dormir. Pero estas casas de paso tienen un origen y un significado totalmente distinto. 

Casa de Paso de la Plaza San Eloy
    En primer lugar, estas casas de paso tuvieron su origen en el propio entramado de la ciudad. En un momento en el cual la ciudad amurallada ya no daba pie a seguir expandiéndose, hubo unos pillines que aprovecharon la coyuntura para hacer la casa donde le daba la real gana y si tapaban el acceso de una calle a otra pues mala suerte. 

    Obviamente, esto enfadó al gentío que debía de dar una vuelta muy grande para llegar a su destino,
pidiéndole al corregidor que intermediara en este problema que se estaba causando. El corregidor viendo el problema que se le venía encima estableció una norma. Las casas seguirán estando donde están pero será de obligado cumplimiento el habilitar una puerta de acceso a la otra calle para que los viandantes puedan pasar sin tener que dar tanta vuelta.

    Y así de ese modo, se empezó a hacer, y es lo que hoy día nos ha quedado como legado de aquellos tiempos, una serie de casas de paso que fueron destruyéndose a medida que las murallas fueron eliminándose y hubo de hacerse un nuevo entramado urbanístico. Como es obvio estas casas de paso cerrarían sus puertas al anochecer ya que era peligroso dejarlas abiertas. Quedando también una frase en el saber popular "casa de dos puertas difícil es de guardar". 

   
Casa de Paso de la Lagunilla
Este tipo de casas fueron objeto de múltiples timos, como los que se daban con la comida durante los años de la postguerra, donde los timadores hacían que los ingenuos compradores de alimento de contrabando les dieran el dinero y esperaban a que el timador les trajera el alimento comprado, pero huían por la otra puerta mientras que el ingenuo esperaba.

    En la actualidad, sólo nos queda una casa de paso. Esta está situada entre la Plaza de la Lagunilla y la calle Chaparro y es conocida como la Casa de Paso de la Lagunilla.

martes, 4 de abril de 2017

LA VIUDA DEL CONDE DE CABRA. LA CANCIÓN QUE SE ENCUENTRA EN LA CALLE MEDINA Y CORELLA

"Yo no quiero conde de Cabra, 
conde de Cabra, triste de mí
que a quien quiero solamente, solamente es a ti".

Si al pasar por la calle Medina y Corella os paráis un simple instante, podréis encontrar una cancioncilla en la pared. Esta canción no es otra que "La viudita del Conde de Cabra" una adaptación musical de un suceso que Federico García Lorca también llevó al teatro. Pero, ¿Qué suceso?

Acontecía el siglo XVII, más concretamente, el año 1654, el Conde de Cabra, Francisco Fernández de Córdoba y Folch de Cardona había quedado viudo de su primera esposa, Isabel Fernández de Córdoba y Figueroa. Tres años más tarde, el Conde quiso casarse nuevamente, y e aquí el problema, pues el Conde eligió como segunda esposa a una viuda de Castro del Río, Doña Mencía de Avalos y Merino, vasalla del Conde y que tras enviudar se encontraba con dos niños.
Este matrimonio estaba mal visto e intentaron disuadir al pobre de Francisco, pues no era normal que un hombre de su alcurnia debiera de casarse con tal viuda, pues lo lógico es que se casase con una mujer de igual status social. Pero el Conde de Cabra no entró en razón y contrajo matrimonio. Esto le valió la intervención del rey Felipe IV, quien ni corto ni perezoso determinó el prendimiento del Conde, ordenando su encarcelamiento a la carcel de San Marcos de León, un antiguo hospital que se encontraba en el camino de Santiago.
El Conde de Cabra siguió en sus trece y no quiso anular su matrimonio con su nueva esposa, alegando ante cualquiera que la acusase de la belleza y la limpieza de sangre de la susodicha. Aguantó todo tipo de amenazas, incluyendo las de su cuñado el Marqués de Priego, aunque al final, después de tantas presiones por parte del padre, Francisco Fernández de Córdoba anuló su matrimonio, el cual le había dado una hija, y se casó con Ana de Pimentel y Enriquez, marquesa de Távara. De doña Mencía de Avalos poco se sabe, sólamente que acabó sus días en el convento de Alcaudete. 
Finalmente esta historia de amor frustrado ocasionó una canción popular que acabó convirtiéndose en la obra de Federico García Lorca y cuyo recuerdo se nos ha dejado en la calle Medina y Corella. 



miércoles, 15 de marzo de 2017

CÓRDOBA Y JEREZ. EL PORQUÉ DE UN HERMANAMIENTO

    Corría el año 1325, cuando el ejército musulmán quiso enfrentar en batalla a la ciudad de Jerez de la Frontera para volver a retomar la ciudad. Ciudad que pertenecería a la corona de Castilla desde 1231. En el dicho año, los valerosos hombres de Jerez salen a combatir a los benimerines que estaban cerca de la Dehesa de Martelilla, y que contaban con un mayor número de soldados en comparación a las tropas jerezanas. La contienda se denotaba desigual y la derrota era segura, pero aquellos valerosos soldados no cejarían en su empeño de defender las lindes de la ciudad jerezana. 

    Mientras que las tropas jerezanas se dirigían al campo de batalla. Con la ciudad prácticamente indefensa, en el silencio de la noche se escuchó un grito -"Córdoba por Jérez". Un nutrido grupo de soldados cordobeses llegaron al rescate sin haber sido llamados, a sabiendas de que en una ofensiva musulmana, la ciudad de Jerez podía caer de nuevo en manos islámicas. Estos cordobeses, exhaustos por el largo viaje decidieron proseguir su marcha al campo de batalla, rehusando el descanso ofrecido por las buenas gentes de la ciudad. 

    Con la batalla aún por determinar, pero con las tropas jerezanas en clara desventaja, llegaron los cordobeses al campo de batalla para enfrentar con sus armas a los benimerines. Jerezanos y cordobeses combatieron juntos, como hermanos, y lograron expulsar por siempre toda esperanza de recobrar estas tierras. Desde entonces, y con la Virgen de la Merced como testigo, tanto cordobeses como jerezanos se juraron hermandad por siempre. 

     La hermandad entre ambas ciudades fue tan buena que en un sinfín de ocasiones la ciudad de Córdoba representó en las Cortes a la ciudad de Jerez de la Frontera, e incluso llegando a votar de manera conjunta alguna propuesta. Por este motivo, en el año 1964 la ciudad de Córdoba le regaló una réplica del caballo de la plaza del potro a la ciudad de Jerez.

     Y este es el motivo del hermanamiento entre ambas ciudades, mucho antes incluso de la existencia de las hinchadas de fútbol. Así que si alguna vez vais por Jerez de la Frontera y paseáis por sus calles, pasaros por la plaza de Belén y allí podréis contemplar esta réplica del potro. 

      

miércoles, 8 de marzo de 2017

REPRESALIADAS Y OLVIDADAS.

    " Si dura fue la guerra, más dura fue la post-guerra" es una frase que habré oído decir a mi abuela tantas veces como día tiene el año, y es que no cabe duda de que en aquellos tiempos de hambre y penuria se les hizo la vida imposible a los vencidos, pero más dura aún se les hizo a las mujeres que en su derecho de igualdad fueron duramente castigadas y vejadas simplemente por el hecho de ser mujeres y alejarse del canon de mujer que la dictadura ordenaba.

    Este post está dedicado a ellas, a todas las mujeres que lucharon, e incluso dieron su vida por creer en un mundo más justo, por ayudar a los más desfavorecidos a costa, incluso, de su propia vida. Sirva como dato, que en Córdoba (tanto capital como provincia) hay un total de 500 casos de casos de represión contra mujeres, esta cifra, en palabras del espectacular artículo las pasionarias de Córdoba, escrito por Carmen Jiménez, se vería brutalmente superada si se conocieran todos los datos de aquellas mujeres desconocidas que sufrieron tal represión.

    Destacaré algunas de ellas, las cuales me pareció que demuestran perfectamente el abuso y la inquina que sufrieron estas mujeres durante los años que duró la contienda bélica y la post-guerra. En primer lugar, reseñar la figura de Ricarda Ana Cobacho Cañete, una mujer humilde que dedicó su vida a la enseñanza de los más pobres. Se ganó la enemistad de la Guardia Civil cuando luchó vehementemente por unos terrenos, los cuales se destinarían a un colegio en lugar de un cuartel como estaba previsto. Estando en Jauja, (pedanía que pertenece a Lucena) siguió su labor docente, y era víctima del acoso de un Guardia Civil, Ricarda denunció este hecho y el guardia civil fue trasladado. Este, nunca olvidaría tal ofensa y cuando estalló la contienda volvería a por Ricarda, la cual nunca quiso abandonar ni su posición ni su pueblo. La docente sería arrestada, purgada con aceite de resino, rapado el pelo y obligada a hacer un paseillo que era común en todos los rincones de aquella España. Su cuerpo sin vida fue encontrada cerca del arroyo.

    Antonia Fernández Serván, miembro del PCE en Córdoba y concejal del Ayuntamiento de la ciudad, después de las elecciones de febrero de 1936. Este hecho le marcó para siempre, y le llevó a una vida de vejaciones constantes por ir a huelgas y manifestaciones, algo que sólo estaba destinado para los hombres. Su conducta poco femenina, dentro de los cánones del régimen la llevó a prisión durante varios días. Tuvo que huir de Córdoba y nunca más se supo de ella. Mismo camino recorrió María Ortega Aguallo, fichada, vejada y torturada por asistir a manifestaciones y huelgas (incluyendo la de 1934) donde llegó incluso a entorpecer la circulación en la electromecánica. 

    Y aunque no es de la capital, pero si debo de hacer mención al menos de Laura Contreras Fernández, conocida como la segunda pasionaria, quien representaría en 1937 a Córdoba en la I Conferencia Nacional de Mujeres Antifascistas. Ella era una maestra de escuela, natural de Villaviciosa. Fue encarcelada durante tres años por escupir al paso del ejército golpista. Tuvo que trabajar como institutriz pues se le prohibió la docencia, pero a menudo, se le podía ver dando clases a los más desfavorecidos. 

    Podría seguir dando ejemplos, pero no acabaría nunca. La mujer fue siempre vejada, ultrajada de las peores maneras imaginables, y todo por el simple hecho de ser mujer y no dedicarse a sus labores, por reivindicar un mundo más justo, más igual y por alejarse de los cánones establecidos.  Se le purgaba con aceite de resino, se le rapaba el pelo y se le humillaba constantemente, estas mujeres que dieron su vida en algunos casos, por desgracia, no serán recordadas. No veréis sus nombres en calles o esculturas que las representen. No se harán homenajes que honren su memoria, y muchas de ellas seguirán en las cunetas a las que un día fueron arrojadas. Por eso, este post va dedicado a ese inhumano número de represaliadas y olvidadas mujeres luchadoras que hicieron de su vida, una lucha constante para un mundo mejor. 

     

    

jueves, 2 de marzo de 2017

LA SEGUNDA PUERTA DEL....ALCAZAR DE LOS REYES CRISTIANOS

    Se ha hecho eco recientemente de que tras duros meses de letargo empezarán a realizarse las obras pertinentes para la realización de una segunda puerta de la Mezquita, no hay cordobés (y algún otro foráneo) que no sepa nada a este respecto, de hecho, existen debates intensos sobre los pro-puerta y los pro-no tocar nada. (No sólo la Mezquita tiene su opinión personal, la cual se reservará) pero.... ¿sabríais decirnos información sobre la segunda puerta del Alcázar?.

    Ciertamente, muy pocos cordobeses sabrían decir algo sobre la segunda puerta que se va a habilitar para entrar al Alcázar, y esto es así, porque no se ha dado a este hecho el mismo interés mediático que se le dio a la famosa puerta de la Mezquita. ¡¡ PERO NO ES LO MISMO!! Dirán algunos, muchos pensarán que no se debe de tener la misma consideración porque se tratan de dos potestades diferentes, uno es un ente laico y el otro no. 

  Desde esta humilde página no entraremos en debates más allá de lo histórico-patrimonial, sin detallar problemáticas políticas o religiosas. El que suscribe este post tomará los dos monumentos por igual, dándole la misma importancia a uno y a otro, explicando que va a ocurrir en el Alcázar, qué se destruye, y dejaré al gusto del lector el porqué se ha hecho de la manera que se ha hecho.

    Para empezar, la Mezquita de Córdoba está catalogada como BIC y monumento nacional desde finales del siglo XIX, el Alcázar de los Reyes Cristianos desde junio de 1931. Por tanto, a efectos de la ley ambos son iguales, teniendo la misma consideración, tanto uno como el otro. La primera pregunta que os quiero lanzar es la siguiente: Si la Mezquita es patrimonio protegido al igual que lo es el Alcázar ¿Porqué un monumento tiene tantas trabas en hacer una gestión y el otro no ha tenido ninguna traba para hacer la misma gestión?. 

    ¿Una segunda puerta? ¿para qué? Es bien sabido por todos que el Ayuntamiento de la ciudad quiere darle un lavado de cara al Alcázar de los Reyes Cristianos, pues quiere que el monumento sea más atractivo cara a las visitas turísticas que recibe (aunque si sigue cerrando en días de vacaciones no tendrá mucho éxito). Por eso el Ayuntamiento quiere crear un centro de interpretación en el lugar que hoy ocupa el patio de las mujeres, dotar al monumento de las más modernas taquillas y habilitar la puerta de la ribera. 

    Llegados a este punto, debo de hacer un inciso para explicar que la que hoy conocemos como puerta de entrada del Alcázar NO era la original, esta fue una puerta que se habilitó en la Torre de los leones porque tras la reforma llevada a cabo en tiempos de Cruz Conde no hubo más dinero y había que hacerla donde fuera. Se entiende que la entrada de acceso del Alcázar, hoy conocida como Puerta Barroca, era el acceso al recinto desde al menos, el siglo XIV, siendo esta la puerta a restaurar y habilitar como punto de entrada en un futuro.

    Por tanto tenemos, un monumento catalogado como BIC, monumento nacional, desde 1931,  protegido por la UNESCO desde 1994, el cual se pretende restablecer la puerta de entrada original (una de las que tuvo). Además, se pretende, utilizar parte del patio de las mujeres para hacer un centro de interpretación; instalar unas barandillas (como las del Templo romano) en el patio que den acceso al recinto, construir un ascensor para el acceso de quienes hasta ahora no podían subir, es decir, el efecto visual e impacto patrimonial va a ser sonado.

     Después de toda esta información, el lector ya podrá tener su propia idea y pondrá responder a la siguiente pregunta. Si el Alcázar de los Reyes Cristianos es PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD, y el hecho de hacer una obra de tal envergadura que romperá con el impacto visual que tiene dicho monumento, ¿Porqué esta obra no ha sido sometida a las mismas vicisitudes que tuvo la obra de la Mezquita? (teniendo en cuenta que una era abrir una celosía y la otra alberga una mayor actuación). ¿Porqué no se ha pedido la intervención del Patrimonio Mundial como si se hizo con la Mezquita?. No estoy discutiendo sobre si es bueno o no que se abra esta puerta, personalmente me duele todo lo relacionado a destrucción o manipulación del patrimonio. Tampoco quiero hacer ver que estoy a favor o en contra de apertura de la puerta de la Mezquita, sólo pongo de manifiesto una doble vara de medir existente a este hecho. Además de poner en conocimiento de los lectores sobre un hecho que poco tirón mediático ha tenido y que a mi parecer es más importante que una celosía, que se abre por los motivos de culto obvios, y no se abre por un bien patrimonial, (aunque ese es otro tema)

martes, 21 de febrero de 2017

DEL DESAMPARO A LA DESTRUCCIÓN HAY UN PASO. EL CASO DE LAS ALCUBILLAS

    Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y cuando se pierde, difícilmente puede volver a recuperarlo. ¿Porqué no se le da el valor que se debe tener por los monumentos? ¿Porqué cuando algo nos deja de interesar o ser útil, en lugar de sacarle otro provecho lo denostamos y olvidamos hasta el punto de que nos molesta y debemos destruirlo? ¿Cuál es el legado que vamos a dejar a futuras generaciones? 
   
     Son infinidad los hitos patrimoniales que han sucumbido al olvido y a la destrucción del hombre. En Córdoba tenemos muchos ejemplos, algunos, ya los cité en un antiguo post de marzo de 2014, pero pienso que no está de mal retomar esta idea y profundizar en aquellos hitos que muy pronto dejarán de estar entre nosotros y recordar otros que nos dejaron para no volver (aunque nos pudiera quedar algún dibujo o fotografía del mismo).

     Ocho, son los monumentos que Córdoba y provincia tiene en la lista roja del patrimonio. Si ya uno solo es indigno, imagínense ocho. Me centraré en lo correspondiente a la ciudad, pues se de buena tinta que algunas asociaciones, como la Asociación Defensores y Amigos del Puente romano de Villa del Río están haciendo un trabajo excepcional para conservar su puente. Aquí en la ciudad sólo tenemos las Alcubillas, pero son tres. 

Alcubilla Hoja Maimón
Alcubilla de la Palomera
     ¿Alcu qué? ¿Qué son las alcubillas?, es la primera vez que leo sobre esto. Las alcubillas cumplían una misión muy destacada, la gestión del agua en las ciudades. Este tipo de construcción, realizada en ladrillo, pertenecieron a un basto número de alcubillas que existían en la ciudad, quedando sólo estas tres en la actualidad. Su función era muy clara, repartir el agua de los distintos veneros reconduciéndolas a la ciudad para hacerlas llegar a las distintas fuentes y a las casas nobles de la época. En Córdoba, la unidad de medida que se utilizaba era la Paja de Agua, que correspondía a unos 3,8 litros por minuto. El Ayuntamiento fue eliminando sistemáticamente estas alcubillas quedando solamente las tres que tanto he mencionado: La de la Palomera (cuya asociación está defendiendo su conservación) la de San Basilio y la de Hoja Maimón (junto a Sadeco). Encontrándose todas ellas en un mal estado de conservación y a con riesgo de derrumbarse, o que la eliminen como ocurrió en 1962 con la alcubilla de la puerta de Almódovar que se encontraba donde hoy se encuadra la estatua de Séneca.
Desaparecida Alcubilla de la Puerta de Almodovar
Alcubilla de San Basilio

     











Por desgracia el patrimonio y la cultura es algo que no está bien visto en estos tiempos. Todo vale para destruir un hito que ya no nos sirve y que incluso  molesta si se considera que la ciudad debe de avanzar. Y si no puede destruirse, se dejará olvidado hasta que caiga por su propio peso. ¿Acaso nos olvidamos del deplorable estado de conservación del Alminar de San Juan? Único Alminar del siglo X en pie, olvidado igualmente por nuestros políticos durante años. ¿Qué se hizo con la muralla romana frente al compás de San Francisco? El Arco del Portillo aún espera respuesta (como también denunciamos en otro post hace tiempo). ¿Acaso pretendemos que caigan los hitos en el olvido? ¿Saben los niños de hoy día donde se encontraba la Iglesia de San Nicolás de la Axerquía?, ¿Cómo eran las puertas de las murallas?, ¿El Arco de Isabel II?, ¿Qué hubo debajo del Paseo del Gran Capitán?. Y así un sinfín de monumentos desaparecidos, de los cuales hablaremos profundamente desde No Sólo la Mezquita.

    Quisiera acabar haciendo hincapié en que no permitamos que parte de nuestro legado caiga, y se olvide, dejemos el legado que nos hizo ser la ciudad que somos para que las generaciones futuras sepan lo que fuimos.


miércoles, 15 de febrero de 2017

LA FIEBRE AMARILLA QUE LLEGÓ A CÓRDOBA

    La ciudad no se libró de aquellas epidemias que asolaron Andalucía, la más fuerte que sufrió la urbe fue la peste que diezmó la población en el siglo XIII. No obstante, la conocida como fiebre amarilla no fue más amable y también dejó su huella en el entramado cordobés.

      ¿En qué consistía la fiebre amarilla? Según un texto recogido de la época "La enfermedad consistía en gravazón de cabeza, en sienes y ojos, dolor en las caderas y lomos, a lo que seguía calentura moderada con signos de plétora y postrazón de fuerza y pulso pequeño, indicio no dudoso de su malignidad, los vómitos atrabiliarios, las hemorragias por la nariz y por encías manifestaban la disolución, así como las ansiedades, delirios y otros síntomas nerviosos los atribuían a la debilidad de los pacientes... Al fin, siendo teñidos de pajizo los vómitos y los excrementos de algunos enfermos, y ellos mismos antes y después de muertos cubiertos del mismo color, convinieron que era la fiebre amarilla".

    Tras los trabajos de investigación publicados por Arejúla podemos saber que procedente de las Américas tres navíos: la polacra "Jupiter", las corbetas "Aguila" y "Delfín" llegan al puerto de Cádiz en julio de 1800. El foco de la también llamada vómito negro se inició en el barrio de Santa María de Cádiz propagándose de forma virulenta hasta Sevilla. Ciudades como Córdoba empiezan a tomar medidas, siendo la primera de ellas el cierre de la ciudad (algo muy normal cuando se trata de epidemias). 

     Pero en el año 1804 surge un nuevo brote de esta epidemia. En Córdoba el foco se inició en la Axerquía, en la calle Almonas (hoy día esta calle recibe el nombre de Gutiérrez de los Ríos), en el barrio de San Andrés. Algunos historiadores piensan que esta enfermedad vino dentro de un cargamento de lino, otros sin embargo piensan que la transmisión llegó a través de las larvas de unos insectos, y estas se formaban en las orzas donde las clases menos pudientes guardaban sus alimentos.

    Pero donde si se ponen de acuerdo todos los historiadores es que este foco se inició el 4 de septiembre de dicho año, y tras enfermar los miembros de esa zona, la enfermedad se expandió por todo el barrio de San Andrés, llegando a los barrios colindantes. Antes de que fuera demasiado tarde, las autoridades decidieron crear muros para concentrar el foco en una sola zona, dejándola aislada del resto de la ciudad. Se crearon postigos que servían de avituallamiento para estos vecinos que se encontraban en cuarentena. 

     El 26 de noviembre de dicho año se puso fin a la epidemia, se realizaron ofrendas a las parroquias, y se celebraron fiestas en honor a este acontecimiento, aunque el saldo final fue de más de 1500 fallecidos.




lunes, 16 de enero de 2017

LAS CASAS DE EXPÓSITO. UN RECUERDO QUE PERDURA EN EL TIEMPO.

    Posiblemente, Córdoba fuese una de las primeras ciudades en disponer de una fundación destinada a la acogida de los llamados niños expósitos. Situada junto a la plaza de la Magdalena, en el año 1385, Mayor Martinez, perteneciente a la rama de los Córdobas, mandó levantar la ermita de San José. Destinando dicha ermita a depósito de los niños perdidos. Con el tiempo, esta ermita pasó a llamarse Hospital de la Santa Cruz, el cual seguiría su propósito hasta que en torno a 1500 esta fundación se extinguió.

    El Cabildo catedralicio, despertando de su letargo, se dio cuenta de la realidad que vivía la sociedad cordobesa en cuanto el abandono de niños. Para poner fin a este sufrimiento, dispuso una de las galerías laterales en el Patio de los Naranjos como depósito de los niños abandonados, esperando con mayor o menor fortuna que los píos cordobeses adoptasen a estas criaturas o al menos, las alimentasen. De hecho, si pasáis por la Mezquita, fijaros que una de sus puertas aún mantiene el nombre con la que se conocía por ese hecho, la puerta de la leche.

    En el año 1586, la Iglesia cordobesa dota a la ciudad con una casa cuna, eligiendo para tal fin el hospital de Nuestra Señora de la Consolación, una vieja casa situada junto a la parroquia de San Pedro. Hoy día aún sigue la toponimia por la que se conocía tal calle. "El tornillo", en referencia al torno en el que eran depositados los niños. En 1599 se decide trasladar la casa cuna al hospital de San Jacinto, sede que retornaría a su antiguo emplazamiento en el año 1642. Emplazamiento que mantuvo hasta que el cabildo en 1816 decide trasladarla nuevamente, esta vez hasta el hospital de San Sebastián, un recinto próximo a la Mezquita y al propio obispado. El hospital de San Sebastián pasó en 1850 a disposición de la Diputación de Córdoba, realizando su cometido hasta el año 1961, año en el que el edificio fue clausurado.

    El caso de los niños expósito (el cuál hoy día nos ha legado tal apellido) es un caso digno de estudio de una sociedad tan amplia como lo fue la cordobesa. En un principio hubo quien quiso negar la existencia de un gran número de abandono de niños, pero la realidad es que si tanto el Cabildo Catedralicio como la nobleza del momento tuvieron que llevar a cabo una institución dedicada a recoger a estos niños es que el problema era más que evidente, es más, en los momentos finales de dicha institución, según recogen los artículos llevados a cabo por Enrique Aguilar o Álvarez de Santaolo nos dan unas cifras de 20.000 niños expósito durante los años 1770 hasta 1850. Siendo las condiciones de vida de estos niños, en la mayoría de los casos, paupérrimas, pues dependían en gran medida de la caridad de una sociedad que por aquel entonces o bien no quería, o no podía aportar. 




 

domingo, 8 de enero de 2017

LOUIS PEGAU. ORIGEN DEL "PEGO" CORDOBÉS.

Cuando sales fuera de Córdoba, irremediablemente te llevas contigo tu forma de hablar. Esto no es algo que guardes en un cajón y no lo uses mientras estás fuera. Y seguramente, al mantener alguna conversación con alguien de fuera de Córdoba le soltaste "esto es un pego", a lo que obviamente te contestarían "¿ehh? ¿pego? ¿eso qué es?. A lo que acto seguido, le vendrías con la definición de pego: bobada, disparate, tontería....

Bien, pero al igual que muchas expresiones y palabras que sólo se dicen en Córdoba, Pego tiene un porqué, un pasado histórico que nos transporta hasta el origen de la palabra misma, y el porqué sólo lo decimos aquí y no en otra ciudad más.

Esta vez, desde No Solo la Mezquita viajamos hasta la Córdoba del siglo XIX, época en la que un francés llamado Louis Pegau se afincó en la ciudad. Este hombre, uno de los más cultos de la ciudad, especialista en muchas disciplinas, entre ellas, la aeronáutica. Pero esta pasión la llevo al punto que se obsesionó. En los círculos más destacados de la sociedad cordobesa del momento, Pegau no hacía nada más que hablar sobre lo fascinante que fue para la sociedad francesa el primer vuelo tripulado, lo bonito de volar en globo y quería convertirse en el primer hombre en volar en globo en Córdoba.

Tras varias semanas de preparación, por fín, Pegau tiene listo su globo, muchos artesanos habían trabajado en ello, los jardines de la Merced, el lugar indicado para tal hazaña estaban preparados para recibir al primer hombre que volaría sobre la ciudad, y según cuentan las crónicas, unos 30.000 cordobeses y cordobesas se disponían expectantes para ver tal proeza. (hay que tener en cuenta que durante el siglo XIX la población cordobesa apenas sobrepasaba los 40.000).  

Con todo listo, y la gente impaciente, el globo aún no había cogido suficiente calor para emprender el vuelo, por lo que el bueno de Louis empezó a explicar el principio de Arquímedes para hacer amena la espera, pero pasaron los minutos, las horas y el globo seguía sin despegar, y aquellos cordobeses y cordobesas que antes estaban expectantes ahora estaban aburridos, y como es lógico, empezaron a abandonar el lugar.

Desde aquel entonces, en la capital cordobesa, cuando algo no funcionaba, no servía para nada o era una estupidez se empezó a decir, "mira como lo del Pegó", degenerando en nuestro "pego" actual. Así que cada vez que algo os parezca un pego, acordaros del pobre Louis Pegau, un adelantado a su tiempo que intentó pasar a la Historia de la ciudad por un motivo y acabó pasando por otro.