miércoles, 29 de enero de 2014

IGLESIA DE SAN HIPÓLITO

   El misterio ha sido resuelto, la tercera imagen de nuestro pequeño juego en las redes se corresponde con
la fachada de la iglesia de San Hipólito, y ahora para cerrar los engranajes de esta iniciativa os recompensamos con un poquito de historia sobre la iglesia así como curiosidades que en ella habitan.
   
   Corría el 30 de octubre de 1340, entre las tierras que circundan el río Salado (en la provincia de Cádiz) se da una batalla entre las tropas cristianas encabezadas por el rey Alfonso XI de Castilla y el rey de Portugal Alfonso IV que enfrentaron a las tropas musulmanas de Abu Al-Hassan Alí de Marruecos y las tropas del reino de Granada que por aquel entonces estaban bajo Yufuf I. Esta batalla conocida como la Batalla del Salado sería muy importante para el devenir de la reconquista cristiana resultando victorioso las tropas de los reyes cristianos.

  Tres años más tarde, en 1343 el rey Alfonso XI de Castilla funda un monasterio en Córdoba en honor a tan afable victoria y en agradecimiento a los servicios prestados para la misma. Y no sólo eso, sino que elevaría dicho monasterio a la categoría de Panteón real, pues quería que sus restos y los de su padre el rey Fernando IV (hijo de Alfonso X el Sabio) descansasen allí por toda la eternidad. Por aquel entonces, el rey Fernando IV descansaba en la Mezquita de Córdoba.

  Cuatro años después de estos sucesos, en 1347, sería el Papa Clemente IV quien elevaría la categoría del monasterio, siendo considerada desde entonces como Colegiata, pues el rey Alfonso XI estaba ya viendo cercana la muerte y así de esa manera y con los designios reales se podrían celebrar los oficios pertinentes llegados el momento de su fallecimiento.

 
Debido a la lentitud de las obras para dar por finalizada la iglesia esta no acabaría hasta varios siglos después, siendo concluida bajo el reinado de Felipe V en el año 1736, por lo que Alfonso XI no la pudo ver terminada

  Hoy día, las tumbas de Fernando IV y Alfonso XI aún se mantienen dentro de San Hipólito, descansando sus cuerpos (o lo que queda de ellos) tal y como deseó el rey castellano en 1343. Para concluir y a modo de curiosidad para aquellos que desconozcan el dato, y aunque no pertenezca a San Hipólito, la estatua que recibe a los visitantes del Alcázar tras pasar por su puerta de entrada se corresponde con el propio rey Alfonso XI.

lunes, 27 de enero de 2014

¿MERCADO ROMANO?

    Este pasado fin de semana tuvo lugar en los alrededores de la Calahorra el tan esperado mercado romano. Nosololamezquita estuvo allí para ver desde primera mano el evento y no perder detalle de lo que allí acontecía. Podemos asegurar que las impresiones no fueron buenas.

Estandartes en la Torre de la Calahorra
     Ya desde la entrada algo hacía presagiar que no iba a disfrutar como debiera de un auténtico mercado romano. No espero que copiasen a la exactitud estandartes de las legiones romanas pero al menos, un poquito de seriedad no hubiera estado mal.

      La Torre de la Calahorra se convirtió durante estos tres días que duró el evento como entrada a un mercado romano descafeinado y que poco o nada tiene que ver con la realidad, pues a pesar de lo que las crónicas en periódicos o radio dijesen, el mercado romano no se acercó ni por asomo al nombre que llevaba, más bien, siguió siendo el mismo mercado medieval, que desde sus orígenes se implantaría en la plaza de la Corredera, por eso al ver este "mercado romano" no entendí por qué cambiarle el nombre si era exactamente igual.

las tiaras medievales fueron muy usadas en Roma ¿no?
  Tras pasar por el lateral de la torre de la Calahorra te adentras en una calle estrecha rodeada de puestos, entre tiendas de alimentación (de lo mejorcito que tenía el mercado) y tiendas artesanales apenas quedaba espacio para andar tranquilamente y sin miedo de ser atropellado por las personas que venían a la inversa, pero esto también es normal en eventos de tal magnitud.

La sorpresa llegó nada más entrar, un stand con armas, y como se suele decir vulgarmente, "la primera en la frente" tiaras medievales (también estaba la espada de Frodo, la de Arwen, la de Ichigo, una máscara de predators, la espada de Blade...) todo muy de época romana. Si ya de por sí la situación no me gustó mucho al entrar, esto fue el remate, pero por desgracia la cosa no acabaría allí, habría más stands y cada uno de ellos con un menor rigor histórico si cabe, pues podrías encontrarte los típicos puestos romanos de pon tu nombre en Árabe, los típicos puestos romanos de "llévate el escudo heráldico de tu apellido en un momento", tejas decoradas con el escudo de tu equipo, encuadernación de Spiderman, y cómo no, los tipicos soldados militares de la Segunda Guerra Mundial acompañados de la Cosa (miembro de los cuatro fantásticos). Lo curioso fue ver que en el stand de los juguetes, entre muñecos de la Segunda Guerra Mundial y personajes Marvel, lo único romano fue los muñecos de Asterix y Obelix.

    Lo único romano que se pudo apreciar del mercado, a parte del nombre, fueron las personas que estaban disfrazadas de legionarios o tenían la típica túnica romana, pues por lo demás, nada de nada. Aunque siendo sinceros, después de leer que nuestros amigos de El Collar de la Paloma no participarían en el evento supuse que este mercado romano carecería de rigor histórico.

   Pero claro, qué podemos esperar de un Ayuntamiento que está más preocupado en recaudar dinero de una forma o de otra (no olvidemos que los stands tienen que pagar un precio por estar ahí, y por tanto estos deben de inflar los precios para tener un beneficio, siendo al final el hombre de a pie quien pague más caro los productos) que de darle un rigor histórico a un evento de esta magnitud, un evento que si se hubiera realizado en cualquier otro lugar del mundo seguramente sí se hubiera disfrutado de un auténtico mercado romano bien caracterizado hasta en el más mínimo detalle.

   Por tanto,  desde este blog que sólo intenta llevar a Córdoba al lugar patrimonial al que pertenece, el que suscribe esta crítica lo hace con la esperanza de que el Ayuntamiento debería de reflexionar sobre un evento histórico como el mercado romano (que bien podría ser el medieval de siempre) e intentar cambiar para el próximo año y tomarlo con un poco más de rigor histórico. Pero me temo que no, que sólo mirarán los números, que todo vale para vender, mirarán que fue un éxito en cuanto a que la población cordobesa llenó los tres días que duró el evento, sin saber (o sabiendo) el mal sabor de boca que dejó en muchos cordobeses al ver que no se tomó en serio una cosa que, si se hubiera hecho de otra manera, hubiera quedado muy bien. 
                                                                                                                                                                                                                                                         

jueves, 23 de enero de 2014

EL ALMINAR DE LA IGLESIA DE SAN JUAN

Alminar de la iglesia de San Juan
   Hoy y viendo el resultado del juego en Twitter sobre el detalle de nuestro "monumento escondido" en las redes sociales os queremos exponer la historia y curiosidades existentes sobre esta pieza única del patrimonio cordobés.

   Este alminar es un recuerdo de la Córdoba islámica que aún perdura en el tiempo, siendo construido a finales del siglo IX y comienzo del siglo X, es decir los años que vieron finalizar el emirato cordobés de Abd Allah y dieron paso al califato omeya de Abd al-Rahman III.

   Tras un cuerpo de sillares dispuestos a soga y tizón se puede apreciar los arcos gemelos de herradura sobre columnillas de marmol con fustes visigodos que mostrábamos en el detalle de nuestra "foto misteriosa".

  Una vez concluida la reconquista de la ciudad, la mezquita a la que pertenecía este alminar fue cedida a los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, también conocida como San Juan de los Caballeros, siendo este el nombre que obtiene la actual iglesia.

  Como dato curioso hay que decir que este alminar es el único exponente califal que no ha sido modificado, cosa que ni siquiera otros alminares como el de la propia Mezquita o el de San Lorenzo han conseguido. Y a pesar de su precario estado de conservación, es después de la propia Mezquita el monumento mejor conservado de índole califal (las imágenes hablan por sí solas y no vamos a entrar en el pasotismo del ayuntamiento con el tema de la conservación del propio patrimonio cordobés, eso lo haremos más adelante).