Se recoge una crónica publicada en el Diario Córdoba sobre las casetas
de finales del siglo XIX.
“La iniciativa particular no acusó nunca en Córdoba
afición para instalar casetas en el ferial, como sucedía en Sevilla en el siglo
XIX. Sin embargo, en las postrimerías del siglo, una de las múltiples
sociedades de carácter recreativo que existían entonces concibió la idea de
levantar una caseta para baile, a la que se denominó con el nombre de “Tienda
del Amor”, iniciativa que tuvo un gran éxito. Durante las noches de feria, se
vio concurridísima. Abundaban las muchachas ataviadas con mantones de Manila. Algunos
años después instalaron otras el Ayuntamiento, el Círculo de la Amistad y el Club
Guerrita, contribuyendo mucho al ornato y esplendor de la Feria.
En
la del Club Guerrita, durante bastantes años, celebraron los socios un banquete
anual al terminar la becerrada a la mujer cordobesa, y que constituía, sin duda
, uno de los más brillantes espectáculos que se han venido celebrando sin
interrupción hasta la muerte del “Califa”.
Un año gozó de gran popularidad la que fue
denominada “Tienda de la
Calderas”. Un grupo de jóvenes de buen humor la construyó
utilizando gran número de calderas, los bailes en ella celebrados hasta final
de los festejos, estuvieron muy animados.
Más tarde, el Circulo de la Amistad decidió construir una caseta de hierro y mampostería, que a la vez sirviera de lugar de reunión para sus socios durante el verano, estructura existente hasta nuestros días”.
Más tarde, el Circulo de la Amistad decidió construir una caseta de hierro y mampostería, que a la vez sirviera de lugar de reunión para sus socios durante el verano, estructura existente hasta nuestros días”.
Igualmente se recoge en el Diario Córdoba esta reseña sobre aquellas tiendas hoy llamadas casetas de finales del siglo XIX.
“Si
creemos a los viejos cronistas de las postrimerías del siglo XIX hubo en la
feria una caseta de baile llamada “Tienda del Amor”, a la que acudieron
nuestras bisabuelas engalanadas con el garboso mantón de Manila, castiza prenda
que ha sido destronada por el más liviano vestido de faralaes.
Sería
interminable la relación de las casetas que dieron fama a nuestra Feria de
Nuestra Señora de la Salud.
En primer lugar hay que situar a la del Círculo de la Amistad, mencionando a las
que ya no han vuelto a ser instaladas, la del Club Guerrita, la de Los
Periodistas que representaban a un Cortijo que diseñó el arquitecto Enrique
Tienda, o la "Venta Mona" de la marquesa del Merito”.
En 1904 se hizo coincidir con la Feria, una Exposición
Regional de Industria y Arte a petición de Carlos Carbonell y Morand. Es en
ésta década cuando acaeció en la
Feria un gran incendio que destruyó un gran número de tiendas
y baracas, perdiendo los comerciantes e industriales todo cuanto habían invertido
ahí.
El 25 de mayo de 1910, tuvo lugar en Córdoba
la primera demostración de aviación, realizada por René Barrier y René Simón.
Debido a una gran tormenta, sólo pudieron realizar un vuelo ese mismo día,
dejando el resto para el día siguiente. Estos festejos no se celebraron en el
propio Paseo de la Victoria,
sino en el aeródromo de Turruñuelos. En 1911 se repitió un espectáculo aéreo
por parte de Tizzier.
En el año 1924, y coincidiendo con la llegada de José Cruz Conde a la alcaldía del Ayuntamiento de Córdoba, se produce la primera acometida de electricidad para ser utilizada en la Feria, apareciendo las primeras casetas particulares. La crónica recoge que durante ese año, se instalaron millares de lámparas con pantallas de papel de colores, pendientes de cordones, cruzaban todas las direcciones los pasos, como guirnaldas de flores luminosas, dándole un aspecto verdaderamente fantástico. Durante este año se celebró el concurso de reinas de los barrios, para rendir homenaje a la belleza de la mujer cordobesa.
No será hasta finales del siglo XX y
después de múltiples propuestas, cuando en el año 1994, la Feria se traslada
definitivamente al Recinto Ferial de El Arenal.
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