Hoy en día tenemos una calle con el topónimo de Muro de la Misericordia. El nombre de esta característica calle del barrio de Santa Marina se debe a la unión, por una parte de la muralla cuyo trazo delimitaba por aquel lugar, y por otra parte al Hospital del Cristo de la Misericordia que se emplazaba cerca de la misma.
El origen de dicho hospital lo encontramos en el año 1640, cuando un desconocido Gregorio Ponce compró a los Padres de Gracia una extensión de terreno de su huerto y levantó una ermita y colocó un crucifijo que denominó de la Misericordia junto a la Puerta Excusada. Dicha puerta, conocida en el siglo XIII como puerta del Alquerque se encontraba escondida en un rincón siendo la confluencia de dos lienzos de muralla.
Debido a su situación geográfica dentro de la ciudad, muy cerca de la muralla de la Axerquía, un grupo de cordobeses solía dejar en sus cercanías los numerosos muertos que se hallaban extramuros, de esa manera, podrían ser identificados por familiares o amigos. Con el tiempo, esta ardua labor que se hizo de manera altruista fue recogida en la creación de una hermandad. Dicha hermandad tomó el nombre de la Misericordia debido que dejaban los cuerpos bajo el Cristo que les daría nombre y contó con el beneplácito del Obispo Fray Pedro de Salazar.
Corría el año 1690 cuando el presidente de dicha hermandad, Andrés Francisco Murga, compró la ermita al nieto de Gregorio Ponce y estableció en la misma una enfermería para asistir en la misma a los enfermos de tisis y asma (ya que estas enfermedades no eran tratadas en otros hospitales). Debido al aumento de limosnas, en el año 1729 compraron dos enfermerías más, llevando las lindes del Hospital hasta la calle Fernando de Lara.
El médico Cayetano Carrascal, tesorero de la Santa Iglesia, junto a una congregación de hermanos construyeron más edificios, aumentando aún más este hospital, que ya llegaba a unirse prácticamente a las lindes del muro de la ciudad. En el año 1733 el Ayuntamiento de la ciudad les concedió una rinconada, con la que aumentaron más sus dependencias y construyeron el cementerio (que estuvo activo hasta el año 1839).
La Hermandad se disolvió en el año 1839 pero fue pasando de manos en manos hasta que en el año 1867 (otros textos lo sitúan en 1872) un gran incendio en el barrio de Santa Marina ocasionó la destrucción del mismo, ya que fue pasto de las llamas. Las crónicas coetáneas señalan como la crueldad del fuego ocasionó que todos los vecinos, horrorizados, acudieran al rescate de enfermos, otros acudieron a la iglesia del hospital a salvar imágenes y enseres y todos contribuyeron a salvar todo lo que pudieron de dicho hospital. Aunque la gran incógnita es... ¿Qué fue del Cristo de la Misericordia? nada más se supo de dicho Cristo desde entonces.
Existe una leyenda que da explicación al nombre del Cristo, este lo recibe a tenor de un hombre ciego que cansado ya de brebajes para recobrar la vista acudió a dicho Cristo y con un palo le atizó un gran golpe al grito de "Si no me puedes ayudar, ¿para qué sirves? Acto seguido el ciego recobró la vista. La gente denominó al Cristo bajo el sobrenombre de la Misericordia, pues a pesar de los malos modos del ciego, Cristo lo curó.